Tener una cuenta bancaria es de suma importancia para ejecutar tus transacciones financieras. Pero dependiendo de la institución bancaria, eventualmente pueden surgir problemas indeseados y situaciones desagradables.
Es por ello que, si deseas aperturar una cuenta por primera vez o si deseas comenzar con una nueva porque la que ya posees no te ofrece buenos servicios en este espacio te mencionamos cuáles son los bancos más problemáticos y de peor reputación de este 2022, según las estadísticas por reclamo de la CONDUSEF desde enero a marzo. Empecemos por el peor de todos:
Scotiabank
De los bancos en los que es más probable que haya una reclamación, Scotiabank ocupa el segundo lugar con un 71% de probabilidades. Del 0-10 tiene 9.0 puntos con respecto a la atención al cliente, tardando alrededor de 27 días en solventar el problema con un porcentaje del 27% a favor de los clientes.
Santander
En términos de reclamaciones ocupa el cuarto lugar con un 49%. En atención al cliente tiene el peor servicio con un puntaje de 7.0. El 30% de las veces resuelve el problema a favor de los clientes en un periodo de 24 días hábiles.
Banorte
Cuenta con un 39% en reclamos. En atención al cliente cuenta con 8.2 puntos. En este banco solo hay un 17% de probabilidades de que solvente a favor de los clientes, siendo este el que menos se preocupa por los intereses de los mismos. Tarda alrededor de 24 días hábiles en solventarlos.
HSBC
Ocupa el primer lugar en frecuencia de reclamos con un 74%. Por otro lado tiene buen trato hacia los clientes con un puntaje de 9.8. Resuelve a favor del cliente el 22% de las veces en un periodo de 15 días hábiles, siendo este el que menos tiempo se tarda en resolver inconvenientes.
INBURSA
Por la constancia de reclamos ocupa el tercer lugar con un 53%. Es de lo que ofrece la mejor calidad de atención al cliente con un puntaje de 9.9. Existe la probabilidad del 37% que resuelva a favor de los clientes en un periodo de 18 días hábiles.
De todos los mencionados este último parece ser la menos problemática aunque lo más recomendable es evitar la apertura de cuenta en alguno de estos bancos ya que estos son los que poseen la mayor cantidad de reclamos por parte de los usuarios.
Debido al auge creciente de la tecnología, son muchas las cosas que poco a poco se han ido desplazando. Y entre ellas está el uso del efectivo como método de pago. Muchos países han optado por la digitalización de su moneda, lo cual ha ido reduciendo poco a poco el uso del efectivo. Un ejemplo claro es Dinamarca que ha optado incluso por dejar de imprimir billetes.
Ante este hecho ¿Cuál es la situación de México? A pesar de que muchos países han aprobado reducir la frecuencia del uso del efectivo, debido al proceso de digitalización monetario, México por su parte, ha tenido un retraso en este proceso. Y ¿Cuál es el motivo de esto? La respuesta se puede resumir con los siguientes puntos:
- La población Mexicana siente gran desconfianza hacia las instituciones bancarias.
- Hay un gran porcentaje de ciudadanos que carecen de cuenta bancaria.
- La existencia de una extensa economía informal.
¿Cuáles son las posibles soluciones para que se deje de usar el efectivo en México?
Para que las personas dejen de usar el efectivo en México, las posibles soluciones radican en que las entidades bancarias ofrezcan soluciones para sus ciudadanos. Es decir, se debe proporcionar productos y servicios que se adecuen a las necesidades de cada individuo. Siempre y cuando estas entidades ofrezcan seguridad y máxima conveniencia en las transacciones de sus usuarios.
El estado también cumple un factor importante con el proceso de digitalización de la economía, ya que este podría incentivar a sus ciudadanos al uso de tarjetas y transferencias bancarias como métodos de pago alternativos al efectivo, a través de campañas publicitarias de gran escala o aplicando medidas de política monetaria.
Con estas medidas, muchas personas se interesan en utilizar las transacciones digitales a primera instancia como método de pago, lo cual reducirá en mayor medida la frecuencia el uso del efectivo por parte de la población.